Tomás Godoy Cruz, el gran hombre de la independencia

Al referirnos a la figura del gobernador de Mendoza nos surgen muchos nombres en la historia: Carlos W. Lencinas, Guillemo Cano o Pedro Molina. Pero entre todos ellos surge una figura que fue enteramente histórica y a la que evoca el momento más intenso de la historia Argentina: la Independencia. Tomás Godoy Cruz tomó parte de ese grupo de hombres que decidieron declarar la Independencia y la llevaron a cabo. Fue portavoz de las ideas sanmartinianas y activo colaborador del Libertador. 

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miniatura de Gody Cruz, museo Histórico Nacional

Tomás Godoy Cruz nace en Mendoza el 6 de marzo de 1791. Su familia proviene de los primeros habitantes que residieron la provincia de Mendoza (como dato extra se puede consultar su árbol genealógico en este sitio: http://es.rodovid.org/wk/Persona:194723) . Su padre Clemente de Godoy Videla fue una personalidad destacada, que había desempeñado altas funciones públicas. Fue alcalde de 1er. voto y cabildante en su ciudad natal. Su madre fue Nicolasa Cruz y Méndez de Sanjurjo. Su tío abuelo, Juan José Godoy, sacerdote jesuita, fue uno de los tantos precursores de la independencia hispanoamericana. En síntesis la familia del futuro gobernador de Mendoza siempre estuvo impregnada de profundos sentimientos patriotas e independentistas.

Estudió en la Universidad San Felipe en Santiago de Chile y se graduó a los 22 años de bachiller en Filosofía, Cánones y Leyes (abogacía). En 1814 regresa a Mendoza y crea una fábrica de pólvora y también elegido síndico procurador del Cabildo. En ese mismo año, José de San Martín es elegido para dirigir la Intendencia de Cuyo. Ambos hombres se conocen y se genera una gran amistad, que deriva en la gran adhesión del joven abogado a los ideales de liberación continental y éste lo introduje en la Logia Lautaro (una sociedad secreta independentista).

Godoy Cruz fue electo, junto con Juan Agustín Maza, como diputado de Mendoza al Congreso de Tucumán. El 23 de octubre de 1815 emprendió la ruta hacia esta provincia. Es uno de los primeros en llegar acompañado por Maza y Fray Justo Santa María de Oro, éste último diputado por San Juan, junto a Narciso Laprida.

Recordemos la situación hacia 1815. En este contexto la causa americana estaba en riesgo después del desastre de Rancagua en octubre de 1814 en el que los patriotas chilenos son vencidos ante un poderoso ejército español de 5.000 hombres. Existía peligro de invasión realista desde Chile, Lima, Alto Perú y España. Esto fundamenta la premura de San Martín en declarar la independencia e iniciar el Cruce de los Andes.

La guerra exterior se complicaba con los fracasos en el Norte y la pérdida de Chile. Paralelamente la anarquía interna amenazaba destruir la unión de las provincias del Río de la Plata. Sobre este momento afirma Mitre: “El Congreso de Tucumán era (… ) la última esperanza de la revolución; el único poder revestido de autoridad moral que representase hasta cierto punto la unidad nacional, era la última áncora echada en medio de la tempestad”.

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Congreso de Tucumán, pintura de Francisco Fortuny

Godoy Cruz emprende su viaje hacia Tucumán. Tenía poderes expresos otorgados por el Gobierno de Mendoza y obligaciones  impuestas por la Logia Lautaro de “promover y propiciar a todo trance la declaración de la independencia”, indispensable para llevar a cabo el plan continental de San Martín

Se reunieron 33 diputados, lo más granado de la intelectualidad  de las provincias del Río de la Plata, con preponderancia de sacerdotes, militares y abogados. Una asamblea de doctos, un grupo básicamente patriota y religioso.

Godoy Cruz fue el representante más joven del Congreso. Frente a los rostros de profusas patillas, algún bigote y cabezas tonsuradas, seguramente contrastaría “el rostro de leves patillas, limpia piel y  expresión juvenil “al decir de su principal biógrafo Cristián García Godoy.

A pesar de su juventud, es uno de los miembros más consultados, forma parte de las primeras comisiones organizativas, comienza a ser reconocido entre sus pares. Godoy Cruz comenzaría a gravitar en las esferas nacionales. Es un factor decisivo para llevar adelante la idea de la independencia. Recordemos la famosa misiva que envía San Martín a Tomás Godoy Cruz, el 12 de abril de 1816: “¡Hasta cuando esperaremos declarar nuestra Independencia! No le parece a Usted una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quién en el día se cree dependemos (…  )”. 

Tanto San Martín, en la solicitud de su carta a Godoy Cruz y éste, en su accionar como diputado del Congreso de Tucumán,  plantean desde el inicio la subordinación a la ley, es decir, la declaración formal de la independencia, para asumir la tarea de liberar a América.

El mendocino también interviene en la concreción de la entrevista de San Martín con Juan Martín de Pueyrredón, realizada en Córdoba, en julio de 1816, en donde éste, como director supremo de la Provincias Unidas del Río de la Plata, acepta y apoya el plan continental para liberar Chile y Perú. Este es otro elemento clave que el líder precisa para iniciar su campaña libertadora. Con ello se asegura el respaldo de la autoridad nacional y también, una base de estabilidad política para la causa americana como él mismo lo declaraba a su colaborador Tomás Guido: “Creo que ya se procederá en todo sin estar sujeto a más oscilaciones políticas que tanto nos han perjudicado”. Busca sostener la causa americana bajo la sumisión a ley emanada de una Asamblea y la subordinación a la autoridad ejecutiva de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Así pudo San Martín dedicarse a terminar los preparativos de su campaña que inicia en enero de 1817.

El Congreso se traslada a Buenos Aires a comienzos de 1817. Durante su permanencia en esa ciudad, Godoy Cruz ocupa la presidencia dos veces, entre 1817 y 1818 por votación de los representantes, y la vicepresidencia, entre 1818  y 1819. En junio de este año finaliza su función legislativa. Regresa a Mendoza y al año siguiente, el 3 de julio de 1820 es elegido gobernador de Mendoza. Enterado San Martín, escribe a su amigo: “No a Usted, pero sí al pueblo de Mendoza se le puede dar la enhorabuena por su elección. Dios le de acierto”. 

Su administración fue laboriosa e ilustrada, fomentando el comercio y las industrias agrícola y minera. Estableció la enseñanza mutua, imprenta y periódicos; organizó un teatro; dio impulso al Colegio de la Santísima Trinidad y se ocupó de la instalación de un congreso general, propuesto por Buenos Aires, para la reorganización nacional.

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Mendoza colonial. Grabado frances c.1840

Fuerzas de Mendoza al mando de los generales Fernández de la Cruz y Bruno Morón dieion alcance a los sublevados del 1º de los Andes, en Jocolí a 10 leguas al Norte de Mendoza, el 2 de agosto de 1820, pero estos no esperaron a sus adversarios y se declararon en fuga después del coito ataque que les llevó el comandante Cajaraville con la vanguard.a de las tropas legales. El coronel Corro se dispersó, fugando con muy pocos de los suyos hasta La Rioja. Nuevamente invadió la provincia de Mendoza en enero de 1821 y entonces el propio Godoy Cruz marchó a su encuentro, llevando como 2º al coionel Morón: el 1º de febrero obtenía la completa destrucción de su enemigo.

Con motivo de las correrías de José Miguel Carrera, Godoy Cruz alistó fuerzas para rechazar la invasión, las que fueron puestas bajo el mando del general José Albino Gutiérrez, las que derrotaron al famoso caudillo en el iugar llamado Punta del Médano, el 31 de agosto de 1821. La gente de Carrera fue fácilmente derrotada y se pronunció en dispersión, cayendo su Jefe con algunos de sus acompañantes en poder de su enemigo. El gobernador Cruz tomó medidas radicales contra el caudillo rebelde prisionero, el cual fue condenado a muerte y ejecutado el 4 de septiembre del mismo año.

Una conspiración que  Francisco Aldao había preparado contra el gobierno de Godoy Cruz, fue felizmente descubierta el día antes del destinado para ejecutarla, habiéndose conseguido el sofocarla  por medio de providencias rigurosas; pero Godoy Cruz que por repetidas veces había solicitado su separación del mundo, hizo, a consecuencia de este suceso, que consideró precursor de otros análogos, su inmediata renuncia, siendo reemplazado por  Pedro Molina en enero de 1822.

Adicto al partido unitario fue un entusiasta campeón de la organización nacional y en el mismo año 1822, marchó a Buenos Aires representando al gobierno de Mendoza para convenir sobre la unión de las provincias y sobre el paraje donde debía instalarse el Congreso Constituyente para tratar de la constitución del Estado, y también la forma de gobierno a darse a estos pueblos, pero estas iniciativas fracasaron y Godoy Cruz regresó a Mendoza, después de haber comunicado desde Buenos Aires al gobernador Molina, por nota de 30 de julio de 1822, el fracaso total de su misión.

Miembro de las sociedades Lancasteriana y de Minería, les dedicó todas sus energías. Diputado en 1825 a 1827, fue también Presidente de la Legislatura .

Después de la batalla de Oncativo, a raíz de haber abandonado el Gobierno de la provincia de Mendoza el titular Pedro Molina, el 7 de abril de 1830 se dio la dirección gubernativa a Godoy Cruz, a quien el día 10 el coronel Videla Castillo le encargó nuevamente de la administración de la provincia hasta el día 30 del mismo mes, en que por haber sido elegido titular el día 28 el propio Videla Castillo, se recibió del cargo, nombrando a Godoy Cruz su ministro general.

Durante el período de su administración son muchas las reformas implantadas para establecer varias instituciones que cooperasen al progreso, tanto en lo comercial como en la enseñanza, creando escuelas y haciendo funcionar de nuevo la biblioteca, organizando con personal idóneo la administración de Justicia y la policía, y en esa época, Calle, Correas y Gualberto Godoy fundaron los periódicos “El Nuevo Eco de los Andes” y “El Coracero” .

Se preocupó de la maestranza para armas y municiones, del cuidado de la frontera y para hacer ésta más segura, hizo fundar el Fuerte San Carlos.

La invasión de Facundo Quiroga en marzo de 1831, que derrotó a Videla Castillo en el Rodeo de Chacón el día 28 de aquel mes, impuso a Godoy Cruz la emigración a Chile.

Perseguido y confiscados sus bienes, se le acusó igualmente de complicidad con los indios en la acción del Chacay, el 11 de junio de 1830, lo que obligó a Godoy Cruz a publicar documentos que le vindicaban de tal acusación, en forma de un folleto que vio la luz en Santiago de Chile, en 1833.

En Chile debió ejercer el magisterio para allegarse fondos para atender su subsistencia, en el famoso colegio dirigido por el mendocino Manuel Zapata, en Santiago; y en 1839 publicó un tratado de geografía.

En 1841 formó parte de la “Comisión Argentina” presidida por el general Las Heras. Entregado, igualmente, a trabajos de minería en Uspallata y en Copiapó, no prosperó y dedicóse entonces a la cría de gusanos de seda, que reputaba sería de grandes beneficios para la riqueza del país, y por ello, en 1838 publicó un folleto titulado “Manual para la cría del gusano de seda y de cochinilla”, que distribuyó en Mendoza, así como también de la planta de la “Morera Multicaulis“, para que la propagasen con profusión para la alimentación del gusano de seda, cuya semilla les prometió a sus coprovincianos para tiempo oportuno.

Al general Aldao le presentaron un poncho tejido, un pañuelo de mano y otros objetos, no vacilando aquel en hacerlo llamar a Mendoza, pese a la antipatía que le tenía a Godoy Cruz por haber desterrado en 1821 a su hermano Francisco por haber estado complicado con Carrera en los sucesos de entonces.

Godoy Cruz prestó gran interés a aquella rama industrial en su provincia. Desgraciadamente un ataque de apoplegía, el 15 de mayo de 1852 le produjo la muerte, cuando su naturaleza vigorosa aún podía prestar buenos y recomendables servicios a la Nación. Precisamente en los momentos de su muerte repentina, se aprestaba a tentar el cultivo del té. Vemos pues, en Godoy Cruz, a un hombre de múltiples actividades públicas.

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El monumento a Godoy Cruz en el día de su inauguración

Los homenajes a su personas se multiplicaron tiempo después de su muerte tanto en la provincia de Mendoza como en Buenos Aires. Pero sin duda el más grande homenaje le fue tributado en su tierra donde uno de los departamentos del gran Mendoza recibió su nombre.

El entonces llamado departamento de «Belgrano» el 9 de febrero de 1909 pasó a llamarse «Godoy Cruz» por decreto de la Legislatura de Mendoza nº472. En 1924 la plaza departamental engalanó su figura con un monumento donde estaba una fuente y en 1966 sus restos que reposaban en el cementerio de Capital se trasladaron a un sitio de honor en la iglesia parroquial de San Vicente justo enfrente de la plaza que lleva su nombre.

 

Godoy Cruz, hombre y una triste historia familiar

Sobre la personalidad de Godoy Cruz existe el testimonio de Vicente Fidel López, quien lo conoció durante el destierro en Chile. Lo pinta como un personaje “grave y taciturno”, de “maneras muy urbanas, pero tieso e inflexible”. Agrega que “tenía en grande aprecio su propia persona y el acierto en sus juicios”. Una crónica de Manuel Lugones lo describe como “bajo, un poco grueso, de maneras y porte solemnes”

Sin duda, a esa tiesa solemnidad y a esa elevada autoestima la debe haber afectado profundamente la experiencia sentimental que vivió en Buenos Aires, cuando el Congreso de la Independencia mudó allí la sede de sus sesiones, al iniciarse el año 1817. Se entusiasmó con Victoria Ituarte, una bella sobrina del Director Supremo, brigadier Juan Martín de Pueyrredón. Pero ella permaneció sorda a su asedio, porque estaba enamorada de otro hombre, don Manuel Hermenegildo Aguirre. A pesar de que el Director Supremo fogoneó activamente el proyecto del romance, Victoria se mantuvo firme y terminó casándose con Aguirre: serían los bisabuelos de la escritora Victoria Ocampo.

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Retrato de Luz Sosa y Lima

Ya de vuelta en su Mendoza y mientras alternaba en los cargos públicos, Godoy Cruz se puso finalmente de novio y se casó, en 1823, con  María de la Luz Sosa y Lima, a quien llevaba nueve años. Su único retrato revela un rostro redondo y agraciado, de grandes ojos. Tuvieron un total de cinco hijos: cuatro varones, Juan Bautista, Jorge, Eliodoro (muerto en la niñez) y Gabriel; y una mujer, Aurelia.

Doña María de la Luz integró ese grupo de las “patricias mendocinas” que entregaron donativos en joyas y aportaron su ayuda personal al Ejército de los Andes. Tuvo, por cierto, buena amistad con el general José de San Martín y con su esposa, Remedios de Escalada, durante la permanencia de ella en la ciudad cuyana.

Al parecer, no se llevaba muy bien con Godoy Cruz, según ese conjunto de cuentos que suele denominarse “tradición”. Tanto así que el día que falleció, la doña estaba en medio de sus conocidas tertulias y ella se enteró por medio de una criada que secretamente contó sobre el deceso de su marido. Sin inmutarse, la flamante viuda ordenó que cubriera el cadáver con una manta, que cerrara con llave la habitación y que no dijese una palabra a nadie, de modo que la reunión pudiera continuar. Al amanecer del día siguiente se anunció la defunción.

Sobre lo que ocurrió con doña Luz y sobre la retorcida obsesión con el marido de su hija y su desenlace te invito a que visites este articulo presente en este mismo blog:

Mendoza, s/f: Retrato de María de la Luz Sosa y Lima de Godoy Cruz

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